SAN JUAN, PR – Agosto 2018 – Ya todos ustedes se leyeron mi novela Paradise Undercover, ¿verdad? (ya aquí se agotaron. Quedan en Amazon, por si acaso). Da la casualidad que mi libro comienza con una escena de una vigilancia, que es el tema que les traigo hoy. Esa escena en particular es bien cómica, y lo triste es que me pasó de verdad tal y como lo dice el libro. Pero aparte de las cosas locas que pueden pasar en una vigilancia, la realidad es que las vigilancias son una parte esencial del arsenal de herramientas que tienen los investigadores privados para ejercer nuestra labor. Hay situaciones y cosas que no se descubren de ninguna otra manera que no sea con una vigilancia.
Las vigilancias se usan para descubrir y documentar diferentes situaciones, tales como infidelidad, actividad criminal, fraude, seguridad de menores, robo, cumplimiento de restricciones de sentencia, referencias de carácter, y otros.
Una vigilancia y seguimiento es, tal y como lo dice el nombre, el proceso de seguir a una persona y vigilar todos sus pasos. Para realizar una vigilancia correctamente hay que tener una buena planificación de antemano. Hay que hacer un plan de trabajo que incluya los horarios en los cuáles se va a llevar a cabo, quién o quiénes van a vigilar, qué vehículo se va a usar, las herramientas necesarias, y lo más importante: cuáles son las posibles excusas del investigador para estar en donde está.
Horarios: Nadie puede realizar una vigilancia las 24 horas del día. Los investigadores comemos, dormimos, y necesitamos descanso. Un investigador que trabaja solo tiene que planificar cuáles son los horarios críticos en los cuales el vigilado debe estar bajo vigilancia para poder cubrirlos. Por lo regular, una vigilancia se trabaja con más personas, para hacer turnos y cubrir todos los posibles horarios.
Vehículo: El convertible deportivo de Magnum PI se vería bien bonito en mi marquesina, pero no me ayudaría mucho en una vigilancia donde se supone que pase desapercibido. Un buen vehículo para vigilancias es uno que no se note mucho, como una mini van, un carro barato y viejo, o un carro de los más comunes. Cualquiera que sea el vehículo, debe ser de color oscuro como negro, gris, o azul marino. Nada que llame la atención.
Herramientas de trabajo: Yo creo que es obvio que hay que llevarse la cámara si se pretende tomar fotos en una vigilancia, pero ustedes no saben la cantidad de veces que me he enterado que un colega perdió una evidencia porque no se llevó baterías extra, o el cargador para el carro. Hay que tener baterías, cargadores, cámaras, celulares, binoculares, lentes infrarrojos si la vigilancia es de noche, lentes de alto alcance si no se puede estar cerca del vigilado, agua, meriendas, una muda de ropa extra, linternas, un kit de primeros auxilios, el arma si la tienes, y si no, un buen pepper spray, abrigo, y lo más importante: algo que se pueda usar si hay que hacer alguna necesidad biológica. Si quiere saber por qué, lea Paradise Undercover. ¡En las primeras páginas se entera!
El pretexto: Imagínese que usted está haciendo una vigilancia en un callejón oscuro en un área no muy religiosa que digamos, y lleva ahí estacionado dentro de su vehículo por cinco horas. Entonces, llega el dueño de la casa frente a la cual usted se estacionó. Más vale que tenga una buena razón para estar ahí, o va a tener problemas serios. Por otro lado, si está vigilando una oficina en la ciudad donde no hay estacionamiento, ¿cuál es su pretexto para estar sentado en un banquito al cruzar la calle, durante toda la mañana?
En resumen, hacer vigilancias no es cáscara de coco. Muchas veces envuelve incomodidades, malos ratos, y toman mucho tiempo. Sin embargo, no hay mayor satisfacción que estar en el lugar correcto en el momento indicado para descubrir la verdad, y tomar esa foto que es la evidencia necesaria para cerrar un caso. No todo el mundo puede ser investigador, pero los que lo somos de vocación, no lo cambiamos por nada del mundo.
Fernando Fernández, PI, BAI, CCDI, CDRS, CII, CAS, CHS-II
Presidente - Covert Intelligence, LLC
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