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EL PELIGRO DE LOS “BUMPER STICKERS”


SAN JUAN, PR – Mayo 2019 – Nosotros tenemos derecho a guardar nuestra información o distribuirla como mejor nos parezca. Usualmente nos concentramos en los métodos de distribución informática más populares como lo son las redes sociales. Pasamos mucho tiempo pensando en todas las posibles formas en que podemos poner nuestra privacidad en riesgo y tratando de evitarlas, cuando la contestación a veces está en donde menos lo esperamos.


Todos hemos visto en algún momento la variedad de “bumper stickers” que hay en la calle. Existe una cantidad incalculable de sellitos que le pegamos al carro para personalizar, expresar algún sentimiento, ideología o, literalmente, cualquier cosa. Se puso de moda hace un tiempo atrás que las escuelas, lugares de trabajo, oficinas de doctor, etc, hicieran estos sellos y se los dieran a sus clientes. La moda llegó para quedarse, claro, porque es una forma genial de promover un servicio, o expresar apoyo a algo en particular. Sea lo que sea.


Con esta tendencia se popularizó poner sellitos que representaran los miembros de la familia en la ventana trasera del carro. Estos sí que todos los hemos visto. En Puerto Rico se pegaron entonces y siguen pegaos. Es por su popularidad que hay que tener cuidado. ¿Por qué deberíamos preocuparnos por esto? Uno nunca sabe quién podría usar esa información negativamente.


Sé que suena exagerado y paranoico, pero piensa en esto: alguien que te tenga el ojo puesto ya sabe si estás casado/a, cuántos hijos tienes si alguno, si hay perro de familia, etc. Si de casualidad llegan a estar buscando cómo atacar, ya tienen mucha información vital. Algunos de estos sellitos te dejan hasta modificar el atuendo para que refleje tu línea de trabajo, y esto también es un riesgo. Por ejemplo, si eres militar y quieres presumir tu carrera con el sellito, quien sea sabe que estás fuera de tu casa por largos periodos de tiempo.


En ocasiones hasta le ponen los nombres y, no quiero sonar cantaletoso, pero poco falta para que le pongan el número de seguro social abajo. En el caso de las escuelas, muchas tienen sellos para que los padres presuman que su hijo/a está en el cuadro de honor o se han ganado algún tipo de premio. Esto le deja saber a todos que no solo tienes hijos, pero también donde estudian. Cualquiera puede hacer una búsqueda en Google, encontrar la dirección y quién sabe qué más.


Detallitos simples como la bolita de voleibol dan un mundo de información. Tu hijo/a tiene prácticas deportivas después de la escuela, probablemente va a competencias alrededor de la isla con su escuela, etc.


Reitero, entiendo ya lo paranoico que suena todo esto. Pero ponte en mis zapatos. Esto es información de la que yo estoy pendiente siempre como investigador privado. Incluso, no es muy difícil integrar este tipo de información a algún caso que esté en proceso. En parte me ayuda para saber donde mirar y donde rebuscar. Yo tengo intenciones laborales y privadas para buscar esta información, pero no todo el mundo es investigador privado, y no todo el mundo tiene buenas intenciones.


Me da un poco de piquiña ver como voluntariamente soltamos nuestro derecho a la privacidad sin mucha preocupación. Como ciudadanos tenemos derechos que son vigentes hasta que decidimos regalarlos, lo cual sucede comúnmente cada vez que pones información en las redes sociales o participas de modas como la de los sellitos. Debo también recordarles que cualquiera se puede inventar estas novedades con el propósito de que la gente provea su información para llevar a cabo sus fechorías. Hay que tener mucho cuidado con nuestros hábitos. Piensa dos veces antes de publicar o dar detalles que no parecen importantes pero que realmente no le incumben a nadie. En guerra avisada no muere gente.


Fernando Fernández, LPI, BAI, CCDI, CDRS, CII, CAS, CHS-II

Presidente - Covert Intelligence, LLC

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