SAN JUAN, PR – Septiembre 2018 – La caza ilegal de especies en peligro de extinción es un problema serio en todo el continente africano. Animales como rinocerontes y elefantes siempre están en las noticias, pero también hay mucha pesca y deforestación ilegal que las autoridades tienen que monitorear constantemente a unos costos altísimos. En la costa oeste de África, por ejemplo, la vigilancia contra estas actividades ilegales tiene un costo de más de 2 billones anuales.
Una compañía llamada ATLAN Space, basada en Morocco, desarrolló un programa de inteligencia artificial (AI en inglés) para dirigir drones en la vigilancia y monitoreo de actividades ilícitas. Los drones son aparatos voladores sin tripulación, muy pequeños, que se controlan remotamente. El programa de AI que desarrolló ATLAN permite que los recursos de la guardia costanera puedan enfocarse en interceptar a los malhechores en vez de estar en vigilancias continuas. Al no necesitar pilotos, analistas de data, o equipos de transmisión, el costo de la vigilancia se reduce por mucho.
Los drones se cargan con información sobre las áreas en donde se conoce que hay pesca ilegal, por ejemplo. Una vez el dron detecta un barco, puede verificar si es un bote de pasajeros, un tanquero o un barco de pesca. Entonces establece si el barco está en un área restringida o protegida, y si tiene autorización para estar ahí. Si el dron concluye que el barco está en la zona de manera ilegal, registra la localización exacta de la nave, su número de identificación y la cantidad de personas a bordo. Esta información se envía a las autoridades vía satélite.
Ya los drones se usaban para ayudar en la lucha contra la caza ilegal. En el sur de África los drones se usan para proteger los grupos de elefantes y rinocerontes. En Sudan hay una compañía usando los drones para dispersar semillas en áreas deforestadas ilegalmente. En Sudáfrica los drones monitorean la salud de las cosechas. En Rwanda los drones distribuyen equipo y suministros médicos como sangre y vacunas a las áreas más remotas. En Nigeria, Uganda y Burkina Faso los drones se usan para encontrar grupos desplazados. En el año pasado tanto las universidades como compañías del sector privado usaron drones para hacer mapas de los corredores de criaderos de mosquitos y de la distribución de los brotes de cólera.
En resumen, los drones llegaron para quedarse, y el desarrollo de los programas de inteligencia artificial ha logrado que la tecnología pueda suplementar grandemente los esfuerzos humanos, mientras abaratan costos. Esta es una de las únicas instancias donde el hecho de que la tecnología pueda suplantar a los humanos en realizar una labor es algo bueno. Sin embargo, sería mucho mejor si los humanos entendieran la importancia de respetar el ambiente y mantener los ecosistemas. Estoy seguro que ninguno de los criminales que están envueltos en la caza o deforestación ilegal están pensando en las consecuencias de sus actos, porque a menos que piensen morirse en los próximos diez o veinte años van a ver en carne propia la devastación que ocurrirá como resultado de sus acciones.
Fernando Fernández, PI, BAI, CCDI, CDRS, CII, CAS, CHS-II
Presidente - Covert Intelligence, LLC
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