Luego de un estudio de la Universidad de Indianápolis donde se concluye que las transferencias de ADN que ocurren cuando le damos la mano a alguien, o intercambiamos objetos, pueden ocasionar que el ADN transferido aparezca en el escenario de un crimen, ya hay casos donde la defensa se basa en este hallazgo para revertir acusaciones y hasta sentencias. Inferimos que eventualmente las muestras de ADN no van a significar mucho una vez un caso llegue a corte, algo interesante dadas las órdenes de recolección de ADN en las pasadas semanas por parte del FBI aquí en la isla.
Según los resultados de un estudio realizado por científicos de la Universidad de Indianápolis, publicados en la edición de enero de 2016 del Journal of Forensic Science, la transferencia de ADN es posible y hasta probable, y puede señalar erróneamente a personas inocentes en la ejecución de un crimen.
Ese es el argumento que la defensa de Rudolph Churchill, acusado y sentenciado en el 2014 por dos muertes ocurridas en el 1989, está usando para reabrir el caso. Las muertes, ocurridas con un mes de diferencia en Filadelfia, EE.UU., eran casos fríos hasta que la policía de ese estado decidió reabrir casos para hacer pruebas de ADN. Según la defensa de Churchill, en los escenarios donde se encontraron las víctimas había parafernalia relacionada al uso de drogas, basura y hasta rastros de flema y otros fluidos corporales que contaminaron la evidencia, haciendo imposible su admisión en corte. Además, en las muestras que supuestamente involucraron a su cliente, faltaba un alelo de los 16 que identifican el ADN de Churchill.
¿Que podemos pensar sobre las detenciones hechas por el FBI recientemente en Puerto Rico para recolectar muestras de ADN de presuntos Macheteros, dado el nuevo giro que han tomado las transferencias de ADN? Como he dicho en ocasiones anteriores, el trabajo del investigador es completar la línea de tiempo, verificar la lógica de las evidencias encontradas, y cuestionar hasta el último detalle. Ahora las muestras de ADN se deben usar solo para levantar un caso, tal y como sucede con las pruebas de detectores de mentiras. Se pueden usar para decidir si un sospechoso se convierte en acusado, pero no se deben usar para decidir si un acusado es declarado culpable en juicio. Vamos a ver cuán rápido el FBI trabaja estos casos. Si alguno resulta en culpabilidad y sentencia, basado solamente en la evidencia de ADN, la defensa va a tener precedentes para cuestionar la validez del proceso.
Mi opinión es que este es el principio del fin para el uso de las muestras de ADN como evidencia. Si hay una posibilidad de error, aunque sea minúscula, en la evidencia que se usa para determinar si un acusado es culpable, esa evidencia debe aguantar un análisis minucioso. Ahora los abogados van a tener que preguntarle a los laboratorios sobre la cantidad de ADN encontrado, si hay otro ADN en la evidencia, y si todos los alelos están presentes en la prueba. Recordemos que el riesgo es poner a un inocente tras las rejas, y eso implica que hay alguien culpable que queda suelto.
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