SAN JUAN, PR – Enero 2019 – Estoy seguro que a través de las redes sociales y la televisión has visto guardaespaldas en función. Los llamados “bodyguards” o guardaespaldas que ves en la TV NO son agentes de protección ejecutiva. Esa imagen de Hollywood es la que se creen varios guapetones de barrio que trabajan como seguridad o “bouncers”. Esos son los que reparten puños y quieren aparentar ser los más valientes cogiendo cantazos por la persona que defienden, y tienen más músculos que cerebro. Los agentes de protección ejecutiva son muy distintos. Tienen entrenamiento y conocimientos sobre técnicas y estrategias de seguridad que los ponen muy por encima de ser solo un símbolo de estatus. Es muy común verlos acompañando a gente famosa y prestigiosa, ya sea en la política o cualquier posición de poder que conlleva ciertos riesgos contra la seguridad público/privada de la persona. Al igual que la investigación privada, aquellos que trabajan en seguridad tienen que romper con ciertos estereotipos que la industria del entretenimiento les ha impuesto.
Usualmente tenemos la impresión de que un agente de protección ejecutiva tiene que ser grande, musculoso e intimidante visualmente. Anton Kalaydjian, fundador de “Guardian Professional Security” en Florida explica que “depende del cliente y sus necesidades”. No siempre se necesita a alguien físicamente intimidante. Según Kalaydjian, existe una gran demanda dirigida a guardaespaldas que parecen gente común y corriente, sin un auricular y que no provoquen sospechas.
Con esto en mente, debemos recalcar que gran parte del trabajo de un agente de protección ejecutiva es evitar conflictos. Dependiendo de la necesidad del cliente, la compañía de seguridad determina si el agente de protección debe estar armado o no. Y aun así, siempre se evita el uso del arma de fuego y de combate a toda costa. “Si saco el arma, perdí. Si peleo, perdí”, dice Kent Moyer, Presidente y CEO de World Protection Group en California. Por eso es que Moyer tampoco recomienda la contratación de ex militares, agentes del SWAT, SEALs, etc. “Estas personas están preparadas y entrenadas para pelear. Nuestro objetivo es neutralizar y evitar.”
Por otro lado, los agentes de protección ejecutiva tienen la responsabilidad de hacer análisis de riesgo, preparar logísticas de ruta, y conocer otras estrategias para evitar confrontaciones que afecten la imagen o seguridad de su cliente.
Otra posible causa para contratación de servicios de seguridad es proteger a patronos contra empleados que han sido despedidos. Muchas veces los empleados se salen de control por la decisión y quieren tomar venganza contra la persona que los despidió. El agente de protección se encarga de escoltar al ex-empleado fuera de las facilidades y mantener control durante una reunión que se puede tornar tensa.
Los agentes de protección ejecutiva que viven con sus clientes y se encargan de mantenerlos a salvo no comparten el mismo estilo de vida de sus clientes. No gozan de las comodidades del hogar ni se relajan en el trabajo. Su misión es solo proteger, vigilar y defender. Aquellos que no entienden la barrera entre la vida de lujo y el trabajo no duran en la industria.
A veces hay posibles clientes que buscan contratar agentes de protección ejecutiva para aparentar. Como mencioné anteriormente, pueden ser utilizados como un signo de estatus, de la misma forma que algunos compran carros caros. Muchas de las compañías de seguridad serias y bien establecidas rechazan estos trabajos. Algunos agentes ni siquiera son contratados por la persona, sino por alguna compañía para la que trabajan. De igual forma, un agente de protección ejecutiva no solo protege a la celebridad, sino que también facilita sus funciones del día a día. Por ejemplo, si hay que ir a alguna compañía o citas con productores, los agentes de protección ya saben por dónde entrar, por dónde salir, dónde están los baños y qué rutas tomar para acelerar el paso.
Estos agentes de protección ejecutiva tienen que ser personas serias que no tengan interés en envolverse en la vida de los famosos. Algo tan simple como una sonrisa en la dirección equivocada puede costarle el trabajo al agente o la credibilidad a la compañía que representa.
Aunque estos son solo algunos datos y curiosidades de la profesión, podemos ver cómo y por qué es un campo tan malentendido. Como ven, la película “The Bodyguard” no ayudó en nada a aclarar la realidad de la vida de un agente de protección ejecutiva. Responsabilizarse por la seguridad de alguien es una carga pesada y estricta, y muchos tratan de aprovecharse de ella o minimizar sus responsabilidades. Este es otro ejemplo de profesiones de las que deberíamos hablar con más frecuencia para de-mistificar su función y su desempeño.
Fernando Fernández, PI, BAI, CCDI, CDRS, CII, CAS, CHS-II
Presidente - Covert Intelligence, LLC
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