SAN JUAN, PR – NOVIEMBRE 2019 — Trustify era una página web, creada en el 2015, que ayudaba a contratar investigadores privados económicos. A través de Trustify, la gente tenía acceso rápido a un directorio de investigadores en la palma de su mano. Podían hacer una búsqueda, contratar y pagarle al investigador que escogieran. Suena como tremenda herramienta. Demasiado buena.
Desde el punto de vista de los clientes, Trustify era un éxito en cuanto a cuán “bueno, bonito y barato” uno podía conseguir un investigador para llevar a cabo el trabajo. Del lado del investigador ese no era el cuento. Esta practica afectó y todavía afecta mucho a los investigadores licenciados, porque Trustify contrataba al primer Juan del Pueblo que dijera que se ofrecía, sin entrenamiento, sin las destrezas necesarias ni las licencias requeridas.
Encima súmale que el creador y director ejecutivo de Trustify, Danny Boice, se estaba robando hasta los clavos de la cruz. Mucha gente se quedó sin cobrar por culpa de este irresponsable. Hasta embargaron las oficinas centrales.
Este revolú ha tenido un impacto gigante en la industria. Trustify era una compañía barata que pagaba una miseria, y creó una ruptura de confianza entre clientes e investigadores por estar contratando a cualquiera de la calle. No cabe duda que ya pronto va a querer venir otra compañía a tomar su lugar.
Pero el problema con estas compañías es que hacen todo por los chavos y mas ná', solo les importa las ganancias. Si una compañía viene con la misma idea, aunque tenga un ángulo mas ético, no necesariamente va a quedar bien. Muchos investigadores hemos dado la pelea por años para proteger la integridad de esta profesión. No podemos permitir que venga cualquiera a romper los códigos éticos que tenemos ya implantados.
Como investigador privado que se ve afectado por estas maromas capitalistas, a mis colegas les sugiero que continúen manteniendo un alto estándar de servicio, como siempre. Mantengan sus licencias al día, y cobren lo que tienen que cobrar. Nuestro trabajo es difícil y cansón, no se dejen intimidar. Trabajen con su marca y sobre todo protejan la confidencialidad del trabajo en sí. Al final del día, uno paga por el servicio que quiere recibir.
A los clientes les sugiero que no se dejen engañar. Lo barato sale caro, no todo lo que brilla es oro, si se ve muy bueno para ser verdad debe ser mentira, etcétera, etcétera. Esas cosas que sus abuelas les decían tienen mucha sabiduría. Pase el trabajo de buscar referencias y llamar personalmente al investigador para hacerle todas sus preguntas. Me atrevo a apostar que, si necesitan de un investigador privado, tienen un problema y hay dinero o emociones envueltas. No se lo entreguen al primero que aparezca.
Fernando Fernández, LPI, BAI, CCDI, CDRS, CII, CAS, CHS-II, SPA
Presidente - Covert Intelligence, LLC
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