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CUANDO LA INVESTIGACIÓN SE CONVIERTE EN ACECHO




SAN JUAN, PR – Febrero 2019 – Recientemente, en el municipio de Santa Isabel, una vecina alertó a su comunidad vía Facebook de un incidente ocurrido mientras echaba gasolina. La mujer relata que un hombre se acercó a su guagua y plantó un “GPS”. Ella, claramente molesta, se propone perseguir a la persona. El sospechoso se dio cuenta de la persecución y empezó a mover su carro agresivamente hacia el de ella. En el próximo municipio, la mujer logra captar la atención de un policía y detienen al sujeto. Este presenta una identificación de investigador privado y con esta justifica todas las acciones tomadas durante esta situación.


Aquí es que está el problema. Es válido que nos preguntemos, ¿dónde está la raya entre la investigación y el hostigamiento? ¿cómo se cruza? Estos casos se dan a menudo, no importa cuán lleno esté el campo de personas responsables que respeten la ley. Muchos piensan que la investigación privada depende de invadir la privacidad de quien se investiga y el drama de la persecución que Hollywood perpetúa.


En el estado de New Hampshire, un hombre contrató a un investigador privado para que siguiera a su ex novia. El “investigador” persiguió a la mujer y su hijo con tanta frecuencia que ella se dio cuenta al menos seis veces en 24 horas. La mujer explicó que varias veces había visto a alguien “mirándola fijamente” mientras dejaba a su hijo en la escuela. El susodicho hasta la persiguió al tribunal cuando ella fue a solicitar una orden de protección contra el individuo y la esperó afuera. Esa fue la gota que colmó la copa.


En la vista, el “investigador” citó su privilegio como investigador privado para esquivar preguntas sobre su cliente y las especificaciones dadas. La corte reconoció que el temor de la mujer era completamente razonable gracias a la reputación dudosa de el ex-novio. Es por esto que el juez determinó que la conducta de este “investigador” era innecesaria y amenazante, y no tenía un propósito legítimo.


Insisto en las comillas cuando hablo de este individuo porque hay varias leyes y reglas firmemente establecidas para evitar este tipo de conducta violenta, intimidante y acosadora. Como investigadores privados es crucial que:


  • Tengamos un motivo válido para vigilar a alguien. ¿Qué estás buscando? ¿qué necesitas probar? No todo se resuelve desde un carro tirando fotos por 12 horas. ¿Qué información puedes encontrar en la red o por referencia que no requiera vigilancia extendida?

  • Nos movamos de manera que la persona que vigilamos no se de cuenta, y no se sienta perseguido/a, amenazado/a, intimidado/a o violentado/a. Es completamente inaceptable que la persona siendo investigada no solo note al investigador, sino que sientan temor por sus vidas y las de sus seres queridos.

  • Indagar sobre los motivos y las intenciones de un cliente. Nuestra ética profesional y moral tiene que entrar en función a la hora de aceptar un trabajo. ¿Piensas aceptar un caso que sabes que va a terminar en problemas o tiene intenciones malignas? Y si es por motivos económicos, no importa cuan agria esté la piña, no debería existir precio que te haga sacrificar tus valores.


Hay leyes que protegen al investigador, al cliente y al objetivo. Tan pronto uno de esos tres está en riesgo, los otros dos también corren peligro. No hay que ser atrevido, irrespetuoso e inconsiderado para hacer un buen trabajo. Un buen investigador privado aprende sobre las ordenanzas de su distrito y se acopla a ellas para poder servirle mejor al público. Sobre todas las cosas, la privacidad de todas las partes envueltas es primordial. ¿Cómo te sentirías si tomaran la misma conducta hostigante hacia ti? Gente, hay que ser responsable y tener en cuenta que todas nuestras acciones mientras hacemos nuestra labor representan a la industria, y repercuten en la reputación de los que hacemos las cosas bien. Los investigadores que nos preocupamos por educarnos y mantener nuestra frente en alto no aprobamos ni apoyamos a los investigadores de pacotilla que se creen que la vida es como en las novelas.


Pónganse pa' su número, y dejen de molestar.



Fernando Fernández, PI, BAI, CCDI, CDRS, CII, CAS, CHS-II

Presidente - Covert Intelligence, LLC


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