SAN JUAN, PR – Junio 2019 – ¿Para qué le ponemos contraseña a nuestros celulares? Algunos simplemente queremos privacidad. Otros tal vez tienen algo que esconder y no quieren revelar los detalles. Tengas secretos o no, tienes derecho a tu privacidad. El hecho de que tengas contraseña en tus dispositivos digitales no debería ser motivo de sospechas. Ahora, imagina que un policía te quiere arrestar específicamente porque no quieres dar la contraseña de tu teléfono para que lo rebusquen.
Esta es la situación de William Montanez, un joven de Tampa, Florida. Montanez ya tenía un historial con la policía. Lo paraban por violaciones de tránsito menores y posesión de marihuana constantemente. Lo habían detenido tanto y tanto por lo mismo que cuando lo pararon en junio, ni siquiera trató de esconder lo que traía. Le dijo al oficial “si, yo fumo, y hay marihuana en la gaveta del centro, ¿me van a arrestar por eso?”
Lo arrestaron por la marihuana, poseer dos tubitos de THC, que es un delito, y por tener un arma en el carro a la hora del arresto. Mientras llevaban a cabo el arresto y confiscaban sus dos celulares iPhone, entró un mensaje a uno de ellos que decía “Oh Dios, ¿lo encontraron?” Fue entonces cuando la policía le exigió a Montanez que les diera la contraseña de su teléfono para ver a qué se refería el mensaje. Incluso lo amenazaron con una orden judicial. William, sospechando que los policías solo estaban buscando evidencia para acusarlo de actividad criminal, se negó rotundamente. También quería proteger las fotos intimas de su novia.
Cinco días después salió bajo fianza, pero la persecución por la información en su celular continuó. Tanto así que un policía rastreó a Montanez y le entregó una orden judicial para que finalmente le diera la contraseña del celular. Montanez se negó nuevamente. Fiscalía fue a donde un juez, quien ordenó una orden de arresto por desacato. Montanez pasó 44 días en la cárcel hasta que retiraron todos los cargos y la orden de arresto por desacato fue descartada. William se declaró culpable por los cargos menores con relación a la posesión de marihuana.
Aunque varias cortes han determinado que la fuerza policíaca requiere ordenes judiciales para adquirir información, existe la incógnita de las contraseñas. No existen todavía leyes ni precedentes sobre qué se puede hacer en estas situaciones. En ciertos casos, la policía está usando “hackers” para obtener acceso a los teléfonos, pero es una estrategia cara. Además, los pone en desventaja con las compañías que siguen actualizando sus programas para imposibilitar este tipo de invasión.
¿Cuál es el precio por defender tus ideales? Como sociedad es insólito que tengamos que pasar 44 días encarcelados para defender nuestro derecho a la privacidad. Por otro lado, existen otros casos que ponen en jaque la discusión del derecho a la privacidad. En julio del 2014 una mujer en Sarasota, Florida, descubrió que un hombre le estaba tirando fotos por debajo de su falda mientras estaba en cuclillas en el piso. Las autoridades tenían una orden judicial para ver las fotos, pero el hombre como quiera se negó a dar la información citando la quinta enmienda. La corte falló a su favor, pero en el 2016 se revocó la decisión y el hombre hizo un trato para cumplir un periodo de probatoria.
¿Ven el problema? ¿Cuándo es aceptable obviar el derecho a la privacidad de alguien? ¿Solo cuando está en contra de tus derechos? Como mencioné anteriormente, todavía no existen leyes o precedentes que se mantengan a la par con la evolución tecnológica y cómo afecta nuestras vidas. Debemos empezar a reestructurar nuestro concepto de la privacidad. Da un poco de miedo pensar en el qué será a medida de que el tiempo pasa, pero recuerda a William. El poder de tus convicciones te dará la razón al final del día. A veces cuesta y duele, pero nadie dijo que defender tus derechos sería fácil. Mientras tanto, evita estas situaciones y saca de tus dispositivos electrónicos cualquier información o archivos que no quieras que alguien más pueda acceder. Para eso están las memorias externas. Más vale precaver que tener que lamentar.
Fernando Fernández, LPI, BAI, CCDI, CDRS, CII, CAS, CHS-II
Presidente - Covert Intelligence, LLC
Si muy interesante
Muy interesante para pensar como se puede peliar por sus derechos